3 de septiembre de 2014

¿Qué cuenta como sano?

¡Hola, personitas!

Hace casi un año que no publico nada en este blog. He intentado escribir algunas cosas. Quise hablar de la influencia de los medios en las personas y viceversa, de feminismo, de comida, de arte, de películas, de educación... pero en medo de todo eso también quería escribir esto. Les tengo una duda existencial:



¿Quién decide lo que es sano en nuestras relaciones?

En mi última manzana defendí a morir que no había que querer ser necesitados. Que lo mejor era tratar siempre de ser personas lo más completas posible porque el amor no se da entre medias naranjas sino entre frutas completas. Hoy vengo a decir que todo eso está muy bien, pero no hay que echarle demasiada crema a nuestros tacos.

En la universidad llevo una materia llamada teoría de la empresa. Al principio me enojaba mucho cuando el profesor decía cosas que sonaban muy bonitas en papel, pero no eran aplicables a la realidad. Apenas hoy capté que por algo el nombre de la clase es TEORÍA. No siempre podemos esperar que lo que suena bien en papel funcione en el mundo real.



¿Cómo se aplica eso a las relaciones que tenemos?

Este año descubrí (por las malas) que no es nada grato vivir haciendo un esfuerzo descomunal por no necesitar a quienes quieres. Una cosa es no desear que la felicidad ajena dependa de ti, pero rechazar la idea con tal fervor que termines alejando a la gente y condicionando el cariño que se te tiene tampoco es agradable. Una cosa es saber que tu felicidad depende sólo de ti, y otra es vivir tratando todo el tiempo de demostrarlo. La estabilidad emocional es hermosa, pero en nuestras relaciones no es lo único que existe. Hay que tomar en cuenta la complicidad, la confianza, el romanticismo. El hecho de que un "te necesito" rara vez es literal, y que lo mismo sucede con un "eres mío/mía". Se trata de cuidar nuestras actitudes, no de vivir aterrados de decir las cosas que nos brotan del alma (porque son bonitas mientras no lleven malicia).


"Porque las mejores historias de amor no se escribieron desde la basal. Porque los grandes poetas jamás dijeron “creo que no me molesta tanto compartir mi tiempo contigo”. Porque Joaquín Sabina no escribió “y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres” pensando en lo importante que era recordar que su felicidad no dependía de otra persona.
Pues no, no lo hace. Y tampoco está bien querer que alguien te necesite para estar bien, pero vivir con miedo a decir algo apasionado que pueda sonar demasiado fuerte es una tontería. Lo que yo quiero escribir es arte, no un libro de autoayuda. Y no somos básculas para vivir hallando el equilibrio entre interés e indiferencia. Somos carne, y la carne se quema cuando la pones al fuego."





No sé, sólo necesitaba decir que (aunque es importante evitar promover o aspirar a la codependencia) a veces hace falta recordar no tomarnos tan en serio. Tengan una bonita semana, comenten por favor, y espero estarlos saludando de nuevo pronto.

M. De Pavía